Sala de la Caja de Ahorros de Navarra. Pamplona.
Desde que se atraviesa el umbral de entrada a la sala, todo lo que se ve y lo que no se ve es una Instalación, realizada para este espacio concreto.
El concepto de esta Instalación era el retorno a la Memoria Histórica y el recorrido ante el que la artista se planteaba la esencia de algunas de las etapas fundamentales de la Historia del Arte, partiendo de la Prehistoria hasta el momento actual.
Pero a la vez existía un segundo aspecto: todas las obras que en ella se mostraban habían sido realizadas mediante el condicionamiento a una estructura dada: la de una carta concreta.
Concha Jerez cita “la opción de imponerme una estructura encontrada en la vida diaria le pareció esencial, puesto que se trataba de profundizar en secuencias de la Historia del Arte que, en su momento, partiendo de y reflejando realidades concretas y cotidianas, consiguieron dar otros enfoques, a nivel de concepto, a la creación artística”.
Plantea en tres obras distintas el enfrentamiento del artista, con el espacio bidimensional -pintura-, con el espacio tridimensional -escultura- y con el espacio habitable -arquitectura-. En este último caso, parte del círculo.
La siguiente etapa que se recogía en la Instalación era la marcada por Duchamp en la idea del “objeto encontrado”. Integra en una misma obra una referencia a la aportación posterior de John Cage que, partiendo de Duchamp revolucionó el concepto de creación en música a partir del “objeto encontrado”.
Otro de los trabajos rememora a Joseph Kosuth y el paso del objeto al concepto, en la obra “Una y tres sillas”.
Las dos obras restantes pertenecían, ya sin referencias históricas, a la forma de crear de Concha Jerez. Una de ellas aludía al proceso creativo en sí mismo y otra a una constante en su obra: la música. Se trataba de una obra musical enmarcada en la concepción que parte de Cage y configurara como partitura abierta para un instrumento musical de cualquier tipo.
Esta Instalación estaba dedicada a Jorge Oteiza. Escribe Concha Jerez “La reflexión que se materializa en este trabajo se desencadenó en una larga conversación con él, el pasado mes de junio, hace un año, en que nos habló de sus reflexiones en torno al hombre prehistórico, a las actitudes de este frente a la caza, el paralelismo de estos comportamientos en la Hª del Arte y de tantas cosas… Gracias Oteiza (…)”