Sala Amárica. Vitoria – Gasteiz

Instalación que seguía el recorrido de la mirada del artista como testigo de su tiempo, utilizando en ello algunas obras comunes de los autores, mediatizando dicha lectura con el tema del posible doble carácter del ser humano de ser vigilante y vigilado.
El contenido de la instalación se desarrollaba zigzagueante entre dos extremos: material uno –en los hitos creados por diversas piezas realizadas para la ocasión de contenidos anteriores– e inmaterial otro –en el juego constante de proyecciones provenientes de las cinco cámaras de seguridad más el vídeo, de los tres proyectores de diapositivas difundiendo por todo el espacio la imagen repetitiva del ojo de Polifemo y del irrumpir de las diversas fuentes sonoras.

 

El Ojo de Polyphemus en la sala Amárica.